En la mayoría de las culturas y religiones, y de una manera u otra, se celebra el año nuevo como un nuevo comienzo, como una nueva oportunidad que se nos brinda para descubrir la vida siempre nueva, y que a su vez va acompañada de sentimientos y actitudes de gratitud, sorpresa, admiración, ilusión, y plenitud, algo que nuestro corazón anhela, y que llamamos felicidad.
Contigo, lo nuevo en 2016 es una oportunidad para actuar y convertirnos en exploradores del mundo que tenemos delante y que se nos ofrece con multitud de oportunidades de crecer y de vivir atentos, de tener en cuenta a los demás, y como educadores nos puede animar a poner en el centro de la labor educativa a los niños y jóvenes, y a saber estar con ellos en el día a día, en los momentos alegres y de celebración festiva, y en los momentos de dolor, de cansancio, de frustración o de fracaso.
Al decir contigo, podemos pensar en los demás, con los que vivimos el día a día y es una llamada a compartir el nuevo año. Y también podemos pensar en las relaciones educativas con nuestros niños y jóvenes en clave de acompañamiento: contigo camino, contigo crezco. Además pueden ser propuestas de acompañamiento personal, grupal y cristiano.
Y si contigo se lo decimos a Dios, es una oportunidad para renovar nuestro compromiso de caminar junto a Él. Nosotros le decimos a Dios: contigo camino, contigo vivo, contigo. La experiencia espiritual es personal pero también se construye en diálogo con el otro y el Otro. Contigo también nos lo dice Dios directamente a cada uno, nos invita permanentemente a ser hombres nuevos, capaces de vivir desde Dios, haciendo Vida los valores del Evangelio.
Lo nuevo en 2016 puede llevarnos a aquello que nos mueve por dentro y nos impulsa hacia nuevos retos, sugiere ganas de superación y nos hace avanzar. Invita a la apertura a nuevas formas de ver y pensar, abiertos a la diversidad, a acoger a los nuevos, a los diferentes, a los que vienen de fuera, y a hacerlo, tal y como nos sugiere el Papa Francisco, con misericordia.
Por último, no perdamos de vista que lo nuevo de este año 2016 no nos vendrá de fuera. La novedad sólo puede brotar de nuestro interior. Este año será nuevo si aprendemos a creer de manera nueva y más confiada, si encontramos gestos nuevos y más amables para convivir con los demás, si despertamos en nuestros corazones una compasión nueva hacia los que sufren. Contigo, lo nuevo.