En estos últimos años, a raíz de la gran crisis económica que estamos sufriendo, nos hemos dado cuenta de la gran vulnerabilidad a la que están sometidos los niños. De hecho, hemos visto cómo se ha ido incrementando la pobreza entre la infancia y la adolescencia y, a menudo, no somos conscientes de qué es los que esto implica.
Según los últimos informes de Unicef, España encabeza el ranking de riesgo de pobreza infantil de la Unión Europea. Este hecho se explica, al menos parcialmente, por la ausencia de un sistema de protección universal de la infancia como hay en la gran mayoría de países europeos y por unas prestaciones insuficientes. Entre 2007 y 2012 la pobreza infantil severa se ha incrementado un 3,4% en España, situándose 9,5 puntos por encima de la media europea, en gran parte por el aumento del paro.
Estos datos, aparentemente fríos, conllevan mucho sufrimiento humano. De hecho, detrás de estas situaciones hay muchas personas que están viviendo desahucios, cortes de luz o gas, la imposibilidad de comprar medicamentos para superar una simple gripe, impotencia ante la necesidad de comprar ropa o zapatos... y, en definitiva, los niños que viven en situaciones más vulnerables están sufriendo angustia, miedo, inseguridades, incertidumbres, amenazas y, a menudo, la desesperación de no poder vivir una niñez relajada y con tranquilidad.
Estudios recientes sobre la salud mental infantil y adolescente ponen de manifiesto el incremento de problemáticas de salud mental en la infancia debido a la situación de crisis económica y la importancia de poder dar un apoyo emocional y motivacional desde la proximidad. Ante la incapacidad para poder hacer frente por parte de las familias a estas problemáticas que las superan, con frecuencia son los mismos profesionales de los centros socioeducativos de las entidades sociales los que pueden hacer de muleta que ayude a caminar a los niños y a sus familias, favoreciendo el protagonismo y la participación activa de los propios menores. Estos centros, de hecho, desarrollan una importante labor de prevención, de detección, de derivación y de acompañamiento. Con estos apoyos es más sencillo poder realizar un trabajo a medio y largo plazo.