La pobreza es evitable. Contra las desigualdades: justicia social
La pobreza es evitable. Contra las desigualdades: justicia social
El sector social hemos unido esfuerzos para levantar la voz con más fuerza el Día internacional para la erradicación de la pobreza, el 17 de octubre. Este año, la Campaña Pobreza Cero –impulsada conjuntamente por entidades de acción social en Cataluña, organizaciones del ámbito de la cooperación, la paz y los derechos humanos, y profesionales del trabajo social— ha hecho un llamamiento a la ciudadanía y a la clase política con un mensaje claro resumido en el lema: “La pobreza es evitable. Contra las desigualdades: justicia social”.
En un contexto en que la pobreza se extiende, se intensifica y se cronifica, hemos querido poner el foco en las causas y apuntar soluciones. Consideramos que las desigualdades sociales son causa y consecuencia a la vez de la crisis global y compleja que vivimos, y pensamos que la gestión antisocial que se está haciendo agrava todavía más la situación. Denunciamos un sistema fiscal injusto y unas políticas de austeridad devastadoras que incrementan las diferencias entre ricos y pobres y ponen en cuestión la universalidad de los servicios públicos.
Ante este escenario, hemos dado un grito de alerta porque como sociedad reaccionemos y actuemos para frenar los procesos de empobrecimiento, la polarización social y el deterioro generalizado de la situación.
Reivindicamos siete líneas de acción: políticas y presupuestos generales que tengan como eje principal la lucha contra la pobreza; unos servicios sociales básicos de calidad y unas rentas mínimas vitales; reconsiderar la cuestión de la deuda pública para que la ciudadanía no tenga que continuar soportando recortes, políticas de austeridad y aumentos de la fiscalidad indirecta, que penalizan a los que menos tienen y acentúan las desigualdades; medidas para impulsar la ocupación; políticas fiscales más justas y equitativas; mayor transparencia y participación ciudadana; y, por último, visión global y actuaciones coherentes por parte de las administraciones.
La responsabilidad no es sólo de los poderes públicos, sino de todos y todas nosotras. Una sociedad más justa y cohesionada tiene que contar con el compromiso individual y colectivo de la población y, actualmente, tenemos que trabajar para rehacer los vínculos malogrados por décadas de individualismo. Apelamos a la solidaridad, reivindicamos el espíritu de cooperación e instamos a la sociedad a educar a las futuras generaciones de ciudadanos y ciudadanas en valores que las hagan libres, críticas y orientadas en busca del bien común.
La pobreza es evitable. Contra las desigualdades: ¡justicia social!
